viernes, 15 de noviembre de 2019

Alternativas De Manejo Ante el Riesgo En Salud Mental.

Para dar inicio a esta temática debemos tener en cuenta que:

Salud mental: Según La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus capacidades puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de contribuir a su comunidad” (World Health Organization, 2001). La salud debe concebirse de forma integral, teniendo en cuenta que los aspectos biológicos, psicológicos y sociales hacen parte del estar bien y confluyen de manera permanente. Por ejemplo, es sabido que las situaciones de estrés que no se manejan adecuadamente, ocasionan afectaciones físicas, como enfermedades cardiovasculares o problemas gastrointestinales, o un diagnóstico de una enfermedad física considerada grave, desencadena angustia y depresión. De igual forma las condiciones sociales a su vez producen estrés, angustia, ansiedad como en el caso de las dificultades económicas, falta de empleo o exclusión de un grupo social. 
  Recuperado de archivos sena





LA ENFERMEDAD o EL TRASTORNO MENTAL 

Es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc Lo que dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo. (Ref. La “Guía de estilo” de FEAFES, la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y personas con enfermedad mental).




Factores asociados a la enfermedad mental: 

La salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Por ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. Las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y en particular con el bajo nivel educativo.

La mala salud mental se asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a la exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos.
También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.

La gama de trastornos mentales que existen es muy amplia, sin embargo los más comunes son:

  1. Trastornos mentales orgánicos (Alzheimer, demencia vascular, demencia senil, etc).
  2. Trastornos mentales debidos al consumo de sustancias (alcohol o drogas).
  3. Trastornos psicóticos (Esquizofrenia, trastorno esquizotípico, etc).
  4. Trastornos afectivos (trastorno bipolar, trastorno depresivo, manías, etc).
  5. Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés posttraumático,
    trastornos disociativos, etc).
  6. Trastornos del comportamiento (trastornos alimenticios, trastornos del sueño, etc).
  7. Trastornos de la personalidad (histrionismo, narcisista, etc).
La depresión en una enfermedad que afecta las esferas física, emocional, intelectual, espiritual y social de quien la padece. Es un  problema de salud,  no un problema de voluntad.

El origen de un estado depresivo es multifactorial, pero existen ciertos factores predisponentes para que ocurra. Estos factores son biológicos, psicológicos y sociales.

Promoción y protección de la salud mental

La promoción de la salud mental consiste en acciones que creen entornos y condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de vida saludables. Entre ellas hay una serie de acciones para aumentar las posibilidades de que más personas tengan una mejor salud mental.
Un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y culturales básicos es fundamental para la promoción de la salud mental. Sin la seguridad y la libertad que proporcionan estos derechos resulta muy difícil mantener un buen nivel de salud mental.
Las políticas nacionales de salud mental no deben ocuparse únicamente de los trastornos mentales, sino reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental como la incorporación de la promoción de la salud mental a las políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Además del sector de la salud, es esencial la participación de los sectores de la educación, el trabajo, la justicia, el transporte, el medio ambiente, la vivienda o la asistencia social.

La promoción de la salud mental depende en gran medida de estrategias intersectoriales. Entre otras formas concretas de fomentar la salud mental se pueden mencionar:
  • las intervenciones en la infancia precoz (por ejemplo, la creación de un entorno estable que atienda las necesidades de salud y nutrición del niño, lo proteja de las amenazas y le proporcione oportunidades de aprendizaje precoz e interacciones que sean sensibles, le den apoyo emocional y estimulen su desarrollo);
  • el apoyo a los niños (por ejemplo, programas de creación de capacidades y programas de desarrollo infantil y juvenil);
  • la emancipación socioeconómica de la mujer (por ejemplo, mejora del acceso a la educación y concesión de microcréditos):
  • el apoyo social a las poblaciones geriátricas (por ejemplo, iniciativas para hacer amistades y centros comunitarios y de día);
  • los programas dirigidos a grupos vulnerables, y en particular a las minorías, los pueblos indígenas, los migrantes y las personas afectadas por conflictos y desastres (por ejemplo, intervenciones psicosociales tras los desastres);
  • las actividades de promoción de la salud mental en la escuela (por ejemplo, programas de apoyo a los cambios ecológicos en la escuela y escuelas amigas de los niños);
  • las intervenciones de salud mental en el trabajo (por ejemplo, programas de prevención del estrés);
  • las políticas de vivienda (por ejemplo, mejora de las viviendas);
  • los programas de prevención de la violencia (por ejemplo, la reducción de la disponibilidad del alcohol y del acceso a las armas);
  • los programas de desarrollo comunitario (por ejemplo, iniciativas de colaboración ciudadana y de desarrollo rural integrado);
  • la reducción de la pobreza y la protección social para los pobres;
  • legislación y campañas contra la discriminación;
  • promoción de los derechos, las oportunidades y la atención de las personas con trastornos mentales


Prevención Primaria

Por tanto, parece lógico que la Prevención Primaria que se oriente hacia los factores de riesgo psicosocial ayudarán a prevenir también la salud mental. la prevención primaria es el tiempo de intervención que debe evitar que se produzca la enfermedad mental, debe orientarse hacia los precursores, eliminando o reduciendo los riesgos del entorno y favoreciendo la capacidad de afrontamiento y otras capacidades del individuo.  De igual forma, un estilo de vida saludable favorece tanto la prevención como la intervención de la enfermedad mental.

Los estilos de vida: 
Pueden llevar a las personas por dos caminos, por un lado, enfermedad, adicciones, violencia, maltrato y muerte o por el contrario pueden ser sinónimo de positivismo, felicidad, buen trato, buena alimentación, actividad física y vida sana.




La Organización Mundial de la Salud –OMS- define como "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes".
La calidad de vida está relacionada con los siguientes aspectos:
  • Satisfacción en las actividades diarias.
  • Satisfacción de las necesidades.
  • Logro de metas de vida.
  • Autoimagen y la actitud hacia la vida.
  • Participación de factores personales y socio ambientales.
Entre los estilos de vida que afectan la salud y con ello la calidad de vida de las personas, se encuentran los siguientes:
  • evitar el consumo de sustancias tóxicas: tabaco, alcohol y otras drogas.
  • Hacer ejercicio.
  • Dormir bien
  • Manejar el strés.
  • Tener una adecuada dieta y saludable
  • Realizar actividades de ocio o aficiones.
Algunos estilos de vida saludables que debemos tener en cuenta para alcanzar la calidad de vida que deseamos son:
  • Tener sentido de vida, objetivos de vida y plan de acción.
  • Mantener la autoestima, el sentido de pertenencia y la identidad.
  • Mantener la autodecisión, la autogestión y el deseo de aprender.
  • Brindar afecto y mantener la integración social y familiar.
  • Promover la convivencia, solidaridad, tolerancia y negociación.
  • El autocuidado.
  • Tener acceso a seguridad social en salud.
  • Controlar factores de riesgo como obesidad, vida sedentaria, tabaquismo, alcoholismo, abuso de medicamentos, estrés y algunas patologías como hipertensión y diabetes.
  • Realizar actividades en tiempo libre y disfrutar del ocio.



Referencias: 

https://www.youtube.com/watch?v=mbokhRmeQ8w

Martinez Luz, ACCIONES DE PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN EN SALUD MENTAL: UNA EXPERIENCIA DESDE EL PLAN DE ATENCIÓN BÁSICA EN BOGOTÁ, 2002-2003, Recuperado de  http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v32s1/v32s1a05.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=ry7mu4UCzPU

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response